lunes, 28 de septiembre de 2015

¿Profesional o personal?. ¿Hay diferencia en las redes sociales?

¿Sabes separar tu vida personal de la profesional en las redes? Esta es la pregunta que un interesante artículo de Alba Casilda se planteaba recientemente en el rotativo Expansión. ¿Controlas lo que subes? ¿lo explicas todo? son algunas de las cuestiones que ha de plantearse cualquier profesional a la hora de iniciar su inmersión en el mundo de las redes sociales. Como siempre no existen reglas al respecto sino que debería imperar el sentido común. ¿Hemos de comentar aspectos políticos, religiosos, deportivos...?. Lo que en un principio podría entenderse como parte de la libertad individual es obvio que nos puede afectar profesionalmente. Las empresas dicen fijarse mucho en estos aspectos. Estamos, por tanto, imbuidos por la percepción, más importante que la realidad en si misma. Las redes sociales nacieron como una nueva ventana al exterior, como una forma de comunicarse diferente, más espontánea...incluso más divertida. Ahora nos hemos dado cuenta que también hay que controlar lo qué decimos, lo que compartimos...ya que otros percibirán las cosas de forma diferente a nuestra intención inicial de comunicar.


Sin duda, cuando tratamos de hacer un uso profesional de las redes, estos aspectos son básicos. El divertimento particular pasa a tener un sentido más estratégico. La espontaneidad en la comunicación queda relegada a un segundo, a un tercero plano...yo diría que simplemente desaparece. 

Dicen los analistas -que siempre hay en todo, perdón por la ironía-  que debes prestar atención a qué aspectos de tu día a día publicas, Debes evitar solo hablar o transmitir mensajes vinculados con tu actividad profesional, ya que esto cansa. Y como no, se han inventado una fórmula, la del 80/20. Es decir, 80% de contenido profesional y 20% de intereses personales. Bien, que queréis que os diga. Si cuantificándolo todo nos sentimos más seguros, pues vale. 
Entiendo que en este ámbito nos ha guiar el sentido común. ¿Alguien es capaz de cuantificarlo?


Carlos Bascones

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